Los ladrillos refractarios tienen formas específicas y, en su mayoría, se cuecen a altas temperaturas para formar una unión cerámica. La mezcla de materias primas, el tipo de compactación y el tratamiento térmico determinan las propiedades finales de los materiales refractarios de forma densa.

Más del 50% de todos los productos refractarios conformados se pueden asignar en un sentido químico/mineralógico al sistema binario SiO2 – Al2O3. En general, con el aumento del contenido de Al2O3 también aumenta la refractariedad y la temperatura máxima de aplicación del ladrillo. Pero, dependiendo de las materias primas utilizadas, las sustancias acompañantes (impurezas) como Fe2O3, TiO2, álcalis, alcalinotérreos pueden influir significativamente en las propiedades finales mediante la formación de fases de bajo punto de fusión.

Los materiales sintéticos con alto contenido de alúmina proporcionan composiciones químicas estables con una baja cantidad de impurezas y formulan ladrillos refractarios de alto rendimiento con propiedades confiables.